Esta semana las alumnas del Máster de Género y Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona han decidido boicotear en bloque y desde el primer día las clases del módulo que había de impartir la profesora Juana Gallego. Para justificar su actitud, alegaron ante la Coordinación del Máster que la profesora Gallego ha defendido públicamente ideas inadmisibles en relación con el género y la transexualidad.
No sabemos exactamente a qué ideas inadmisibles se estarán refiriendo sus alumnas, pero sí que la profesora Gallego acredita una dilatada y reconocida trayectoria académica. A lo largo de más de tres décadas ha publicado numerosos trabajos, en su mayoría de temática feminista, ha dirigido tesis doctorales, ha sido fundadora y responsable del Máster de Género y Comunicación y fue también directora del Observatorio para la Igualdad de la UAB, además de vicedecana de investigación y de docencia de su Facultad.
Por eso, creemos que nuestra compañera merece el respeto que sus alumnas no le han mostrado y que, en este caso, hubiera consistido en asistir a sus clases, escuchar sus ideas y, en su caso, cuestionarlas con razones. En cambio, sus alumnas han optado por cancelarla, siguiendo esa moda anglosajona que, por desgracia, se empieza a extender también entre nosotros. Su acción ha sido intolerante e irracional, impropia de estudiantes universitarios.
Con todo, más lamentable aún resulta la reacción de la Coordinación del Máster ante la queja de la profesora Gallego por la actitud de sus alumnas. En un extraño comunicado, primero se invoca el compromiso genérico del Máster con el “diálogo”, el “respeto” y la “asertividad” para, a renglón seguido, recordar que las alumnas sólo están obligadas a asistir a un 80% de las clases; que, por tanto, están en su derecho de faltar a las de la profesora Gallego; y que es una pena que las clases de esta profesora no hayan suscitado el interés de las alumnas. El comunicado culmina con una frase que merece ser reproducida literalmente: “En todo caso, la falta de asistencia de las alumnas no puede ser considerada una censura, un boicot o una persecución puesto que la profesora puede impartir sus clases con total libertad y normalidad si las alumnas deciden asistir a ellas”. Si lo que la Coordinación del Máster pretendía era escurrir el bulto, había formas menos torpes de hacerlo.
Ante estos hechos, Universitaris por la Convivència:
Expresa su solidaridad con Juana Gallego, porque de la solidaridad y del compromiso de todos los profesores depende la salud de la libertad académica (integrada por la libertad de cátedra, de investigación y de estudio), cada vez más amenazada.
Deplora actitudes como la de sus alumnas, porque son claramente contrarias a esa libertad y, por tanto, a cualquier causa emancipatoria que pueda imaginarse, incluida la feminista.
Muestra su malestar por la inaudita reacción de las responsables del Máster, que han preferido ignorar la realidad de lo sucedido a costa de distorsionarlo, no han sido capaces de defender la labor de su profesora frente a la injustificada hostilidad de sus alumnas, y no parecen en condiciones de garantizar el clima de libertad y respeto que toda actividad académica requiere.
La cultura de la cancelación, o la práctica de no permitir la libre expresión de ciertas ideas por considerarlas incorrectas o dañinas, es del todo incompatible con la vida universitaria. No se trata de un probema “interno”, como las responsables del Máster han calificado lo sucedido, sino de uno que nos concierne a todos, como profesores y como ciudadanos. Por eso, instamos a los responsables universitarios de todos los niveles a permanecer alerta ante este fenómeno destructivo y a tomar las medidas necesarias para evitar su expansión.
Universitaris per la Convivència
Barcelona, 17 de marzo de 2022